Los estoicos fueron una corriente filosófica griega que surgió en el siglo III a.C. y que se basaba en la idea de que la verdadera sabiduría y felicidad se encontraban en la virtud y en el control de las emociones. Los estoicos creían que el universo estaba controlado por una razón divina y que, por lo tanto, todo lo que sucedía era parte de un plan más grande y no podía ser evitado. En consecuencia, los estoicos enfatizaban la importancia de aceptar lo que sucedía y de controlar las emociones negativas como el miedo, el dolor y la ira.
Los principios estoicos se basan en cuatro virtudes clave: sabiduría, coraje, justicia y moderación. La sabiduría se entendía como la comprensión de la verdadera naturaleza de las cosas y la capacidad de distinguir lo verdaderamente importante de lo que no lo es. El coraje se consideraba la capacidad de enfrentar las adversidades de manera valiente y de no dejarse vencer por el miedo o la ira. La justicia se entendía como el compromiso con la verdad y el bien común, mientras que la moderación se refería a la capacidad de controlar los deseos y las pasiones.
Entre los máximos representantes de los estoicos se encuentran algunos de los filósofos más conocidos de la historia, como Sócrates, Platón y Aristóteles. Sin embargo, los estoicos más famosos son Zenón de Cítio, fundador de la escuela estoica, y Epicteto y Marco Aurelio, dos de sus más destacados discípulos.
Zenón de Cítio fue un filósofo griego que vivió en el siglo IV a.C. y que fundó la escuela estoica en Atenas. Sus enseñanzas se basaban en la idea de que la verdadera sabiduría y felicidad se encontraban en la virtud y en el control de las emociones. Epicteto fue un filósofo griego que vivió en el siglo I d.C. y que se convirtió en uno de los más destacados discípulos de Zenón. Sus enseñanzas se basaban en la idea de que la verdadera libertad se encontraba en la aceptación de lo que sucedía y en el control de las emociones negativas. Marco Aurelio fue un emperador romano que vivió en el siglo II d.C. y que es conocido por sus escritos filosóficos, que se basaban en las enseñanzas estoicas. Sus escritos, conocidos como «Meditaciones», se han convertido en una de las obras más influyentes de la filosofía estoica y han sido leídos y estudiados durante siglos.
Además de Zenón, Epicteto y Marco Aurelio, hay otros representantes destacados de la corriente estoica, como Chrysipo, un discípulo de Zenón que fue considerado el más destacado estoico después de él; y Seneca, un filósofo romano que fue uno de los primeros en traducir las enseñanzas estoicas al latín y que es conocido por sus escritos sobre la vida virtuosa y el control de las emociones.
Aunque la corriente estoica fue muy influyente en la época de sus fundadores, su legado ha sido duradero y sigue siendo estudiado y discutido en la actualidad. Muchas de las ideas estoicas, como la importancia de la virtud y del control de las emociones, han sido adoptadas por otras corrientes filosóficas y han sido influyentes en el pensamiento occidental durante siglos. Además, los escritos de los estoicos sobre la aceptación de lo que sucede y la importancia de enfocarnos en lo que podemos controlar han sido particularmente relevantes en tiempos de incertidumbre y cambio. En resumen, la corriente estoica es una de las más importantes y duraderas en la historia de la filosofía y sus enseñanzas siguen siendo relevantes y estudiadas en la actualidad.