A los seres humanos no los perturban las cosas en sí, sino cómo las ven.
En el mundo de los juicios nuestra preocupación se centra en quien «es» qué.
Podemos reemplazar el lenguaje que implica una falta de opción por el que reconoce una posibilidad de elección.
Somos peligrosos cuando no somos conscientes de la responsabilidad por nuestro comportamiento, pensamientos y sentimientos.
Un verdadero amigo es aquel que llega cuando todos se han ido.
Una persona inteligente se repone pronto de un fracaso. Un mediocre jamás se recupera de un éxito.
La necesidad es maestra y tutora de la naturaleza.
Las circunstancias no hacen al hombre, simplemente lo revelan.
Los muertos pesan, no tanto por la ausencia, como por todo aquello que entre ellos y nosotros no ha sido dicho.
Y es que en el mundo traidor, no hay verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira.